miércoles, 25 de agosto de 2010

Viaje a Alemania (llegada a Francfurt)





















Fotografías: Miguel Roa
Texto: Ximena Prieto:

18 de Julio 2010 Franckfurt

"Empezamos con un madrugón criminal a las 4,30. Sin haber dormido apenas nos vamos al aeropuerto de Jerez, nos lleva Pedro, llegamos a Madrid a buena hora y después de unas cuatro horas embarcamos para Franckfurt a donde llegamos a las dos y media de la tarde.

Nos recogen en el aeropuerto, que es gigantesco, un chofer impecablemente vestido de negro nos espera y lo primero que hace es felicitarnos por el mundial de fútbol, todo un detalle, y nos lleva hacia un Mercedes negro tapizado en cuero, nos abre la puerta y después de veinte minutos llegamos al hotel, está en el centro, cerca de la estación. Se llama Le Meridien, cinco estrellas, es un edificio histórico muy bonito, de estilo modernista y está en una plaza arbolada.

Dentro nos saluda Cristina, que nos está esperando y va a ser nuestra guía durante todo el circuito. 
Salimos un rato antes de cenar, la cena será en el hotel a las 8,30. Siguiendo las indicaciones de Cristina, vemos todo lo que hay que ver: rascacielos del centro financiero, el Euro gordo, el parque, la catedral, San Pablo, las casas del ayuntamiento que son típicas, todas reconstruidas, pero que hacen un conjunto muy bonito con sus entramados de madera y los tejados puntiagudos. Aquí es donde hemos visto por primera vez una especie de barreras sobre los aleros, son para que la nieve acumulada no caiga sobre la gente, sobre todo cuando se hiela. En la plaza vemos una especie de autobús que lleva pedales de bicicleta, un conductor que dirige y dos bancos paralelos donde pedalean seis por cada lado, en el centro hay una mesa con cerveza.

Estamos ahora en el paseo del río, entre dos puentes, en la orilla de enfrente hay un parque con muchos niños. Es verdad que aquí los parques son bonitos, y hay muchos, pasamos por delante de la estatua de Goethe y Shiller, todo muy verde y arbolado. Pasan barcos por el río Mein. Esta ciudad significa “el vado de los francos”, tiene un aire a todas las capitales centroeuropeas. Lo sorprendente es el tiempo, está completamente despejado y hace calor, la gente está tumbada en todas las zonas de césped, noto que están siempre comiendo y bebiendo y las bicicletas son una pesadilla.

Volvemos al hotel para cenar y nos ponen una sopa y un codillo, que por supuesto nos sobra a todos, de postre un típico afpel strudel. Conocemos al resto de integrantes del circuito, en total somos 12 contando a la guía, un matrimonio y su hija de Madrid, una madre y su hija de Madrid, dos hermanas de San Fernando pero viviendo en Sevilla, un matrimonio de Barcelona y nosotros. Parece que va a ser agradable."

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