domingo, 4 de septiembre de 2011

VIAJE AL PAÍS DE ALEJANDRO MAGNO. MACEDONIA (Grecia) julio 2011 (V) Olinto, Polygyros, Stufos y Skyra




Jueves 21 de julio

Olinto

Hoy toca ir a la península de Calcídica, la que tiene forma de tres dedos, el primer dedo desde Salónica es Kasandra, el segundo dedo es Sithonia y el tercero el Athos. Salimos en dirección este y llegamos a Kallithea, pueblo al lado del mar con vegetación hasta la playa, paseamos, se ve la puntita del dedo de la península del monte Athos, compramos algunas cosas y seguimos hacia Olinto, Filipo conquistó Olinto cuando Alejandro tenía siete años, era una ciudad bajo dominio ateniense. Olinto antigua está en lo alto de dos colinas, una norte y una sur, la ciudad es del siglo V a.C, en plano hipodámico, con cinco manzanas en rectángulo y dos calles de norte a sur y cinco de este a oeste, la subida hasta arriba es tremenda y el sol pega con mucha fuerza, desde allí se ve el mar y está claro que es una posición estratégica, por eso le interesaba a Filipo.







Polygyros

Nos vamos a Poligyros, situada en un monte de unos 500m de altitud, es un pueblo antiguo con casas rehabilitadas de piedra y mucha y buena madera en ventanas, balcones y estructura de terrazas, una coqueta iglesia de cúpula azul, placitas con cafés y restaurantes. Aquí en Macedonia siguen usando la madera para todo.

Una vez paseado Poligyros bajamos vertiginosamente por una carretera recta hasta el mar y vamos a la parte del dedo de Sithonia, que es el central, hace viento y el mar está encrespado, con olas. Comemos en Neomármaras, al lado, lado del mar, a una distancia de menos de 10 metros del agua, en una terraza con plantas trepadoras y rosales, sillas blancas, mesas azules, manteles de cuadros blancos y azules, sigo pensando que hay que solucionar lo de los manteles de papel de España, aquí en cualquier taberna te ponen el mantel y el mobiliario está personalizado, no como en España con las sillas y mesas iguales. Y hablo de restaurantes griegos donde vale una comida para cuatro personas entre 45 y 50 euros, es decir, mucho más barato que en España, y además te invitan al postre que suele ser sandía o un dulce casero. Comemos pescado, albóndigas y moussaka. Las adelfas y los pinos llegan casi al agua y enfrente una isla deshabitada, nos ponen un postre que es como un puding de almendra con helado de chocolate y  de nata muy bueno que es el regalo de la casa. En el restaurante trabaja toda la familia, padre e hijos.

























Stufos

Continuamos dando la vuelta al dedo de Sithonia y pasamos delante de unas islas con mucha vegetación, a la derecha está el mar y a la izquierda olivos en monte bajo y vides, la roca tiene unas formas muy redondeadas y da la sensación que es producto de la erosión eólica. Desde arriba se ve un puerto pequeñito, precioso, con forma de letra O abierta por un lado muy estrecho, parece un lago, bajamos y nos damos cuenta de que la abertura no es tan pequeña, el lugar se llama Stufos, hay tabernas, barcos de pesca y deportivos y una pequeña playita de arena blanca rodeada de vegetación.





Skyra

No nos quedamos porque queremos llegar a la punta del dedo y recorrer el otro lado. Y a estamos entre Kalamitsi y Sarti en una playa que se llama Skyra justo enfrente del monte Athos, que es una mole inmensa que cae sobre el mar, la playa hace una herradura pequeña y profunda, tan cerrada como Port Lligat  y la arena fina y blanca, el agua estupenda, azul, transparente y tranquila. Estoy escribiendo sentada en la toalla intentando quedarme con esta sensación y como no es facil de explicar lo dibujo en el cuaderno, el mar forma una elipse rodeado de playa por la mitad inferior y la superior por la península del Athos, los extremos a derecha e izquierda ascienden un poco con la roca a la vista entre pinos. En el Athos se perciben unos senderos zigzagueantes y unos puntos que deben de ser los monasterios que esperamos ver dentro de unos dias. Esta playa se sale de categoría, es un 100 sobre 10.
Volvemos tarde a Salónica, hoy no está el botones amabilísimo y hay otro llamado Dimitrios que no nos lleva el coche al parking, a ese no le daremos propina por supuesto.























Textos: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa

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