jueves, 6 de septiembre de 2012

Unos días en Marruecos - Asilah (III)










































































Hoy tocaba Asilah, a las 10 y cuarto llega el taxista. Tardamos poco, tres cuartos de hora. Allí nos bajamos delante del hotel donde comeremos más tarde y nos vamos a la medina, rodeada de murallas y torreones con una calle que da al mar, a un malecón. Las casas tienen dos plantas con azotea llenas de plantas, las celosías en color madera natural o pintadas de azul o blanco, y pequeñas ventanas. 

La ciudad está peor conservada que Chauen, pero el recinto amurallado es bonito, antes de entrar en la medina hay una enorme playa.

La parte moderna es amplia con avenidas anchas, bloques de apartamentos y parques, un mercado de abastos interesante que está muy cerca del hotel y allí nos dirigimos para comer
El hotel se llama Zelis, en perfecto español nos explican donde vamos a comer y nos acompaña un camarero, comemos solos en un comedor enorme al estilo marroquí (ventanas de arcos polilobulados, paredes enteladas en tonos dorados, rojos y verdes, las butacas sin respaldo y los asientos tipo sofá de pared con mesas redondas bajitas. Comemos ensalada enorme, como la de anoche y después pescado rebozado, un jurel abierto de tamaño grande con patatas fritas y de postre flan de vainilla.

Después de comer volvemos, llegando ya cerca del hotel vi por la ventanilla a una gente lanzando bolsas de basura por un terraplén, toda esa zona era un basurero enorme y había un tramo que estaba todo lleno de vegetación probablemente porque caían aguas fecales y la alimentaban. Nos despedimos del taxista ya definitivamente y echamos la siesta en el hotel.

Textos: Ximena Prieto
Fotografías: Miguel Roa

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